Mindfulness

Si tenemos en cuenta que unos de los objetivos de la educación es ayudar al niño o adolescente a entender el sentido del mundo y encontrar el lugar que ocupa en él, es necesario trabajar desde la infancia el desarrollo del SER, y no sólo del SABER o del HACER.

SER humano nos ocupa todo el camino de la vida, por lo tanto una buena enseñanza que les podemos dejar a nuestros hijos es la capacidad de conocerse a sí mismos, la de tomar conciencia de sus experiencia en cada momento y gestionar de forma más competente y saludable sus pensamientos, emociones y conductas.

Esto lo pueden conseguir a través de la práctica del Mindfulness.

Pero, ¿QUÉ ES EL MINFULNESS?

Algunas píldoras para entender el concepto serían:

  • En español se puede traducir por Atención Plena o Conciencia Lúcida.
  • El Mindfulness es una forma particular de conciencia conocida como atención plena, originaria de las tradiciones filosóficas procedentes de Asía. Estas prácticas han sido adaptadas y refinadas para ser utilizadas en el ámbito médico y psicológico.
  • Es sencillamente una forma de SER, de estar presente, prestando atención al aquí y ahora, con amabilidad y curiosidad.
  • Es la capacidad de tomar conciencia de nuestra experiencia en cada momento y gestionar de forma más competente y saludable nuestros pensamientos, emociones y conductas.

Por lo tanto, practicar el Mindfulness implica desarrollar la atención plena, un tipo de consciencia que emerge de centrar la atención en el momento presente sin intención valorativa y con total aceptación; es decir, debemos prestar atención a las cosas tal como son en un momento determinado sin juzgar, sean como sean, y no como queramos que sean.

Podemos decir que la Atención Plena tiene tres características fundamentales:

  • Es intencional, por lo que cuando la desarrollamos podemos ser más conscientes de la realidad presente y de las opciones que tenemos a nuestro alcance.
  • Se centra en la experiencia y consiste en experimentar de forma directa el momento presente.
  • No juzga, se trata de ver las cosas tal como son en el momento presente y dejar que sean así.

Además, los últimos estudios en Neurociencia han demostrado que el entrenamiento del Mindfulness tiene numerosas ventajas para la salud física y emocional. Y los niños pueden beneficiarse de ello si lo practican.

LOS BENEFICIOS DEL MINDFULNESS SON:

  1. Mejora la capacidad atención y concentración.
  2. Desarrolla la comprensión, la memoria de trabajo y la fluidez verbal.
  3. Aumenta el autocontrol emocional.
  4. Reduce la tensión, el estrés y la ansiedad.
  5. Aumenta las emociones positivas.
  6. Mejora la percepción del dolor tanto físico como emocional.
  7. Ayuda a aclarar nuestras ideas y pensamientos.
  8. Cambia la manera de percibir las preocupaciones, problemas y miedos.
  9. Amplia el estado de conciencia.
  10. Mejora general del estado de ánimo triste y deprimido.
  11. Mejora la calidad del sueño.
  12. Incrementa la sensación de satisfacción y bienestar.

Una vez visto en qué consiste la técnica del Mindfulness, sus características y los beneficios que tiene tenemos que saber  CÓMO PODEMOS HACERLO CON NUESTROS NIÑOS.

Os dejo una aproximación a la práctica del Mindfulness y os animo a que acompañemos al niño a hacerlo, así también nos beneficiaremos nosotros mismos de la práctica, compartiremos un tiempo de calidad juntos y como hemos mencionado en varias ocasiones serviremos de modelo para él.

CINCO HÁBITOS PARA CULTIVAR MINDFULNESS

(“Burbujas de paz” de Sylvia Comas, 2016)

1. OBSERVAR.

Prestar atención a lo que pasa en tu interior (sensaciones físicas, pensamientos y  emociones) y a lo que ocurre en el exterior.

Podemos proponer al niño que somos exploradores que vamos observando y prestando atención a la propia experiencia. Por ejemplo cuando vamos andando por la calle, vamos a comprar al supermercado, hablamos con algún conocido, etc.

2. DESCRIBIR.

Describir de manera detallada y objetiva lo que ocurre en cada momento. Procuparamos no utilizar adjetivos valorativos como bueno, malo, agradable, desagradable.

Podemos ser en esta ocasión un escritor o periodista de investigación.

3. ACTUAR CONSCIENTEMENTE, DESCONECTANDO EL PILOTO AUTOMÁTICO.

Cuando realizamos tareas cotidianas y rutinarias funcionamos en piloto automático, es decir mientras las realizamos estamos pensando en otras cosas y llevamos la atención a algo diferente.

Empezamos realizando actividades cotidianas estando totalmente presentes y estando plenamente conscientes. Por ejemplo cuando comemos, nos duchamos, caminamos…

4. SUSPENDER LOS JUICIOS.

Cada vez que te des cuenta de que tu hijo o tú estáis emitiendo un juicio puedes agradecer el hecho de haberte dado cuenta y simplemente dejarlo atrás y observar que más está ocurriendo. Hacerlo ver, mostrándoselos.

5. NO REACCIONAR.

Toma conciencia (y ayuda a tu hijo a hacerlo) de cómo reaccionas ante una situación que no te gusta. Poco a poco intenta introducir pequeñas pausas antes de hacer algo, quizás contar hasta diez o realizar tres o cuatro respiraciones profundas.

 

Así que si queremos que nuestros hijos sean niños tranquilos y atentos una buena práctica sería sin duda el Mindfulness, ¿manos a la obra?